Mientras la luna serena baña con su luz de plata como un sollozo de pena se oye cantar su canción; la canción dulce y sentida que todo el barrio escuchaba cuando el silencio reinaba en el viejo caserón.
Cuentan que fue la piba de arrabal, la flor del barrio aquel que amaba un payador. Sólo para ella cantó el amor al pie de su ventanal; pero otro amor por aquella mujer, nació en el corazón del taura más mentao que un farol, en duelo criollo vio, bajo su débil luz, morir los dos.
Por eso gime en las noches de tan silenciosa calma esa canción que es el broche de aquel amor que pasó... De pena la linda piba abrió bien anchas sus alas y con su virtud y sus galas hasta el cielo se voló.
Por su pinta poeta de gorrión con gomina, por su voz que es un gato sobre ocultos platillos, los enigmas del vino le acarician los ojos y un dolor le perfuma la solapa y los astros.
Grita el águila taura que se posa en sus dedos convocando a los hijos en la cresta del sueño: ¡a llorar como el viento, con las lágrimas altas!, ¡a cantar como el pueblo, por milonga y por llanto!
Del brazo de un arcángel y un malandra se van con sus anteojos de dos charcos, a ver por quién se afligen las glicinas, Pichuco de los puentes en silencio.
Por gracia de morir todas las noches jamás le viene justa muerte alguna, jamás le quedan flojas las estrellas, Pichuco de la misa en los mercados.
¿De qué Shakespeare lunfardo se ha escapado este hombre que un fósforo ha visto la tormenta crecida, que camina derecho por atriles torcidos, que organiza glorietas para perros sin luna?
No habrá nunca un porteño tan baqueano del alba, con sus árboles tristes que se caen de parado. ¿Quién repite esta raza, esta raza de uno, pero, quién la repite con trabajos y todo?
Por una aristocracia arrabalera, tan sólo ha sido flaco con él mismo. También el tiempo es gordo, y no parece, Pichuco de las manos como patios.
Y ahora que las aguas van más calmas y adentro de su fueye cantan pibes, recuerde y sueñe y viva, gordo lindo, amado por nosotros. Por nosotros.
Vení... charlemos, sentate un poco. La humanidad se viene encima. Ya no podemos, hermano loco buscar a Dios por las esquinas... Se lo llevaron, lo secuestraron y ¡nadie paga su rescate! Vení que afuera está el turbión, de tanta gente sin piedad de tanto ser sin corazón.
Si a vos te duele como a mí... La lluvia en el jardín y en una rosa. Si te dan ganas de llorar, a fuerza de vibrar, por cualquier cosa. Decí qué hacemos vos y yo qué cosa vos y yo sobre este mundo. ¡Buscando amor en un desierto tan estéril y tan muerto que no crece ya la flor!
Vení... charlemos, sentate un poco. ¡No ves que sos mi semejante! A ver probemos, hermano loco salvar el alma cuanto antes. Es un asombro, tener tu hombro y es un milagro la ternura... ¡Sentir tu mano fraternal! Saber que siempre para vos... ¡El bien es bien y el mal es mal!
Llegabas por el sendero, delantal y trenzas sueltas, brillaban tus ojos negros, claridad de luna llena Mis labios te hicieron daño al besar tu boca fresca. Castigo me dió tu mano, pero más golpeó tu ausencia Aaaaaaaah…
Volví por caminos blancos, volví sin poder llegar. Triste con mi grito largo, canté sin saber cantar. Cerraste los ojos negros, se volvió tu cara blanca y llevamos tu silencio al sonar de las campanas. La luna cayó en el agua, el dolor golpeó mi pecho. Con cuerdas de cien guitarras me trencé remordimiento. Aaaaaaaah…
Volví por caminos viejos, volví sin poder llegar. Grité con tu nombre muerto recé sin saber rezar. Tristeza de haber querido tu rubor en un sendero. Tristeza de los caminos que después ya no te vieron. Silencio en el camposanto, soledad de las estrellas, recuerdos que duelen tanto, delantal y trenzas negras.
Μουσική: Sebastian Piana. Στίχοι: Homero Manzi. LUNA (SANDRA), MANZI (OMERO), ΙΣΠΑΝΙΚΟ ΤΡΑΓΟΥΔΙ, ΤΑΝΓΚΟ,
No te asombres si te digo lo que fuiste una ingrata con mi pobre corazón, porque el fuego de tus lindos ojos negros alumbraron el camino de otro amor.
Y pensar que te adoraba tiernamente que a tu lado como nunca me sentí y por esas cosas raras de la vida sin el beso de tu boca yo me vi
Amor de mis amores reina mía ¿qué me hiciste? que no puedo conformarme sin poderte contemplar. Ya que pagaste mal a mi cariño tan sincero lo que conseguirás que no te nombre nunca más.
Amor de mis amores si dejaste de quererme no hay cuidado, que la gente de esto no se enterará. ¿Qué gano con decir que una mujer cambió mi suerte? Se burlarán de mi que nadie sepa mi sufrir.
Este es el aire de Βuenos Αires está en su gente y entre sus calles vive en el centro del obelisco va por corrientes hasta el final. acá está el dueño de los misterios vino del bajo mirando al centro creció entre luces y mate amargo así nació este tango varón.
Y ese que viene de allá parece ser el que inventó la ciudad y el bandoneón ese que tiene un compás encantador no es otro que el que enseñó la dignidad el mismo dios que es varón y compadrón se conmovió cuando el pueblo lo engendró nos dio una mano de allá y así nomás parió este tango varón.
Este es el aire de buenos aires está en su gente y entre sus calles si hasta los pibes de fin de siglo lo andan buscando en la oscuridad este es el tiempo de los intentos si volás alto te lleva el viento duele la calle por estos días pero te apuesto que sale el sol
No te asombres si te digo lo que fuiste una ingrata con mi pobre corazón, porque el fuego de tus lindos ojos negros alumbraron el camino de otro amor.
Y pensar que te adoraba tiernamente que a tu lado como nunca me sentí y por esas cosas raras de la vida sin el beso de tu boca yo me vi
Amor de mis amores reina mía ¿qué me hiciste? que no puedo conformarme sin poderte contemplar. Ya que pagaste mal a mi cariño tan sincero lo que conseguirás que no te nombre nunca más.
Amor de mis amores si dejaste de quererme no hay cuidado, que la gente de esto no se enterará. ¿Qué gano con decir que una mujer cambió mi suerte? Se burlarán de mi que nadie sepa mi sufrir.