TANGOS EN AZUL Y ORO
Por Rubén Fiorentino
Las pasiones populares suelen ir estrechamente ligadas. Es un mito que el tango y el turf edificaron a través del tiempo una relación sólida y auténtica que no merece siquiera atreverse a discutir. No obstante somos muchos los futboleros acérrimos que reivindicamos para el balompié un sitial importante dentro de la liturgia ciudadana. Alguna vez los hermanos Hugo y Gerardo Sofovich pusieron en boca del actor Juan Carlos Altavista mimetizado en su personaje emblemático, Minguito Tinguitella una canción que integraba a la “vieja”, Boca, Gardel y Perón. El tema no tenía otra pretensión que provocar un momento risueño, por supuesto que los autores no perdían de vista el ansiado rédito económico y algunos extremadamente críticos les endilgaban cierta obsecuencia con el poder, debido a que por esos años se producía la añorada vuelta del general.
No obstante, ese hombre que está solo y espera que pintaba Raúl Scalabrini Ortiz suele ser permeable a estos íconos que conforman nuestra idiosincrasia.
En consecuencia, como no podía ser de otra manera, el tango y el fútbol tejieron un vínculo que merece ser destacado.
Fueron muchos los tangos, algunos particularmente bellos, como los temas dedicados a los albicelestes de Avellaneda, Racing Club de Vicente Greco y De Academia de Osvaldo Fresedo, aquel Independiente Club, de Agustín Bardi, alusivo a sus rojos vecinos, o siguiendo en el sur del conurbano, El taladro que Alfredo de Ángelis ofrendó a su querido Banfield. Pero “los de la ribera”, no en vano calificados como “la mitad más uno” arrasaron en títulos alegóricos a esa divisa inspirada en la bandera de aquel barco sueco. Boca Juniors y sus futbolistas más representativos merecieron la atención de los creativos del género porteño que intentaron perpetuarlos en decenas de melodías. Incluso alguno de ellos, intentó suerte con la música.
Fue realmente breve el paso de Raimundo "Mumo" Orsi por Boca, solo un año (en 1936), pero no por ello podemos soslayar que aquel puntero izquierdo que se destacara en Independiente y fuera campeón mundial con Italia 1934 fue un eximio violinista. Su calidad y dedicación lo llevó a integrar la orquesta de Francisco Canaro y cuenta la leyenda que mientras emprendía la vuelta de los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928, con la medalla plateada colgada del cuello (Argentina perdió la final contra Uruguay por 2 a 1, luego de empatar en uno el primer cotejo), se dio el lujo de acompañar al “Zorzal Criollo”, Carlos Gardel, en un cabaret de París. Luis Estrada, tercer bandoneonista de la formación de Eduardo del Piano, fue suplente obligado del legendario Ludovico Bidoglio quien brillara en la década del ´20 y principios de la del ´30. Mientras que el gran José “Pepe” Basso también habría jugado en la primera del club nacido en la plaza Solís, de acuerdo a la biografía que de él realiza Ricardo Espinosa Belén.
De vuelta con los temas que inmortalizaron al club de la ribera, uno de los más antiguos que se recuerda es Boca Juniors Club de José Quevedo que fue concebido hacia el año 1916 cuando los xeneixes comenzaban a transitar su segunda década de vida. Por 1919 se conoce Canaveri, obra de Alfonso Gagliano, dedicada al temible artillero boquense Zoilo Canaveri que acusa en el historial de la institución 12 goles en 32 partidos disputados. A la luz del tiempo transcurrido es difícil establecer una cronología rigurosa pero la conformación de los distintos planteles puede ayudar a lograrlo.
Entonces podríamos suponer que los próximos tangos alusivos serían La Jira de Manuel Pizarro, obviamente dedicado a la exitosa excursión europea producida en 1925 y Por tierra lejana de Alberto Gandolfo. Curiosamente aparece en la partitura el sustantivo del título de Pizarro escrito con una letra j en lógico desmedro del idioma de Cervantes. En 1928 José De Grandis y Bernardo Germino dan a conocer Tarasca solo, dedicado a Domingo Tarascone (goleador de Ámsterdam 1928, con 11 conquistas) que con 193 tantos convertidos se ubica cuarto en el lote de los goleadores del club. “Hacer como Tarasca, de media cancha un gol”…cantaba Gardel en Patadura de José López Ares y Enrique Carrera Sotelo. En 1931 se conocen los tangos Boca Juniors de Adolfo Dispagna, Campeón de Alfredo Bigeschi y en 1933, Cabecita de oro, en alusión a Roberto Cherro que se anota en la carrera goleadora en segundo término con 221 goles convertidos. La obra es de Miguel Padula y J. de Prisco. Más tarde, alrededor del año 1934, Machetero, de Juan Canavello, el título corresponde al apodo que recibía el delantero paraguayo Delfín Benítez Cáceres, séptimo en el historial goleador con 115 conquistas.
Podemos suponer luego la aparición de Boca Juniors y sus tres cracks de César Rizzo que data de 1934 y de Moisés y Bibi, correspondiente a los apellidos de dos zagueros centrales foráneos que brillaron con la casaca azul franja oro en los albores del profesionalismo. Los autores fueron los mismos autores de la marcha oficial, Ítalo Goyeche y Jesús Fernández Blanco. También para esos tiempos podemos ubicar a sendos tangos dedicados al recientemente desaparecido, y ya centenario, artillero platense “Pancho” Varallo. Son ellos El cañoncito de La Boca, también de Ítalo Goyeche, Varallo,…Varallo de J. F. Grosso y M. Ostinelli y Varallo de José María Bagnati. Me atrevo a afirmar que de este tiempo es también Boquense de Ricardo Brignolo y Vicente Puccinno. Otros títulos que merecen citarse en la pretendida cronología son A Boca Juiniors de Isabelino Espinoza y L. Miranda y el vals Boca campeón de Alberto Pellegrini y Pedro Ciarallo. En 1943 Aguirre da a luz Azul y oro del que se conserva un magnífico registro de la orquesta de Juan D ´Arienzo. En 1944 aparece Boina blanca, típico resguardo que lucía sobre su cabeza el oriental Severino Varela que figura con una trayectoria de 46 goles en la red enemiga. La página es de Alfredo Pisciotti y Miguel Padula. El uruguayo contaría un año después, en 1945, con otro tango en su honor, Varelita de Ricardo Jardón y Benito Suárez. En 1947 aparece Gran pibe de oro de Pedro Balzano y Domingo Larrosa, obra dedicada al mítico “centrojás”, Ernesto Lazzatti y en 1948, El atómico de Américo Pluchino que fuera dedicada al puntero derecho auriazul Mario Boyé, autor de 124 conquistas recuerdan aquel canto tribunero “ te daré niña hermosa…”. En 1953 se conoce A Natalio Pescia, obra de Moreyra, Roberto Caló y Enrique Campos de la que el cantor oriental dejara un estupendo registro. Este calvo gladiador xeneixe quedó inmortalizado en la vida del club puesto que la tribuna popular de la legendaria Bombonera lleva su nombre.
Con un nuevo campeonato, en 1954 aparecen otros títulos como La azul y oro de Eduardo Del Piano y Dale Boca de Jorge Comitine, Monardi y Osvaldo Bruno y Boca Juniors de Rodolfo Sciammarella grabado por Miguel Caló y su cantor Roberto Arrieta en el sello Odeón el 23 de Junio de ese glorioso año. Época que el guardavallas Julio Elías Musimessi popularizara aquel chamamé Viva Boca de Eduardo Pauloni y Américo Cipriano. José “Pepe” Basso es autor del tango Once y uno, referido al equipo y su hinchada del que también deja un importante registro fonográfico. Luego sucederían una década exitosa como la del 60 que traería otros tantos títulos, algunos de ellos inéditos como BJ de Rodolfo Montillo y Ulises Ángel Sita, Hincha de Boca y basta de Héctor Stamponi y Un tango para Rattín. Roberto Lambertucci y Roberto Pansera son autores del candombe La Bombonera y los tangos La mitad más uno y La azul y oro. Todos ellos datan de 1969.
Antes, en 1965, Edmundo Rivero y Alberto Marcó daban vida a Pelota de cuero, título de un film nacional protagonizado por Armando Bó que incluía en el elenco a su hijo Víctor y al propio ex vocalista de Horacio Salgán y Aníbal Troilo. Por estos tiempos Reinaldo Yiso y José Berra integraban al cancionero Muchachos yo soy de Boca del que me parecen aún resonar los versos ilustrados por el inolvidable Floreal Ruiz.
Más recientemente en el tiempo Pablo Banchero y Pablo Malizzia se anotan con el tango Boca Juniors del que el primero de ellos deja testimonio en la placa sonora, Daniel Melingo junto a Javier Casalla nos legan CABJ y Joaquín Sabina le profesa su amor en ese híbrido de tango y conga, "Dieguitos y Mafaldas", mientras que proliferan los títulos dedicados a uno de sus máximos ídolos, Diego Armando Maradona. Vaya entonces con las disculpas por las omisiones que pueda haber en esta crónica, desde esta columna tanguera el homenaje al “gran campeón del balompié” en este, su centésimo sexto aniversario.
Fuentes
Batlle, Pablo; “Música Azul y Oro – Partituras”, 12-03-2009, en http://www.coleccionistadebocajuniors.blogspot.com/
Duer, Walter y Ulloa, Alejandro; El Libro del Xentenario
Espinosa Belén, Ricardo; “Homenaje: José Hipólito “Pepe” Basso” en http://www.elportaldeltango.com/
Pinsón, Néstor; “Eduardo del Piano” (Biografía), en http://www.todotango.com/
Sitio http://www.bocajuniors.com.ar/
Sitio http://www.historiadeboca.com.ar/
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